Como todos sabéis, las lenguas adoptan palabras de otras lenguas con las que están en contacto. En la Península Ibérica, una de ellas es el euskera, lengua oficial en el País Vasco y en parte de Navarra junto con el español, y que también se habla en las regiones del sur de Francia conocidas como País Vasco francés. Se trata de una lengua que no se puede clasificar dentro de ninguna familia lingüística conocida, con una sintaxis y una fonética muy singular que nos encanta. Si no sabéis cómo suena, en este vídeo podéis escuchar a la presentadora del último festival de cine de San Sebastián.

Palabras tan habituales como «izquierda», «mochila» o «pizarra» son préstamos de la lengua vasca al español. Hoy os queremos llamar la atención sobre otra de ellas: «chatarra». 

Las palabras y su origen: vasquismos. Chatarra. Etimología. Español. Variedades del español.

Tiene sentido haber incorporado una palabra relacionada con el hierro de una lengua cuyo pueblo se ha dedicado a la metalurgia, a la explotación de sus yacimientos y a la transformación de este recurso natural, desde hace más de 2000 años.

Con ese significado original, tan concreto, probablemente no sea una palabra que hayáis escuchado mucho. Sin embargo, si estáis familiarizados con variantes del español de América, quizá sí conozcáis la expresión “comida chatarra”, muy usada en la mayor parte de los países del continente. En España no es tan popular con ese sentido, donde es más común usar la combinación “comida basura”.

Las palabras y su origen: vasquismos. Chatarra. Español. Variedades del español.

Como podéis ver en la nube de palabras de la imagen, de la palabra “chatarra” derivan “chatarrero” (la persona que se dedica a la chatarra) y “chatarrería” (el lugar donde se almacena y clasifica la chatarra).  Hace décadas, cuando yo era niña, había una chatarrería en mi barrio, y era muy habitual que los vecinos lleváramos el papel acumulado de revistas y periódicos que el chatarrero nos compraba al peso a cambio de algunas monedas, de algo de calderilla.

En el paisaje sonoro de más de un país hispanohablante —en España lo conocemos de primera mano, pero también hemos encontrado ejemplos de Venezuela, Argentina, Costa Rica y México— podemos encontrarnos con el megáfono del camión del chatarrero recorriendo las calles y ofreciendo a los vecinos comprarles sus trastos viejos. Yo hace muchos años que no lo oigo, pero sé que por otras zonas de la ciudad todavía pasa. ¿Os hacéis una idea de cómo suena? Aquí tenéis un ejemplo de Argentina. La calidad de la grabación no es muy buena, así que os copiamos la transcripción para que podáis entenderlo mejor: “Compro plomo, cobre, bronce, aluminio. Bocha de heladera, motores viejos, estamos comprando, colchones de lana. Todo lo que no le sirva estamos comprando, señora”. Son mensajes tan repetitivos y musicales que resultan divertidos, sobre todo si consideramos que parece una actividad en vías de extinción.

¿Es lo mismo u os recuerda a algo similar en vuestros países? ¡Lo comentamos en clase!